Este año, como todos los años anteriores, llego el famoso viaje de diciembre. Ya que mi familia es de Cancún, siempre nuestras vacaciones consistieron en huir del clima tropical y tomarnos algunos dÃas en la ciudad, y por reglamento de estas fechas, en las montañas. Como todos los años, el destino de esta época es Colorado, las famosas “Rocky Mountains”. Este año en particular, fue diferente a los anteriores, ya que por causa del destino, calentamiento global o solamente mala suerte no hubo tanta nieve. Sin duda fue algo que marcó las vacaciones, ya que somos la tÃpica familia que le saca provecho a cada copo de nieve a la hora de esquiar. Por este motivo, la mayorÃa de las pistas en la montaña permanecieron cerradas, entonces era muy difÃcil esquiar con poca nieve, pocas pistas, y claro un embotellamiento brutal en las pocas que permanecÃan abiertas. De hecho, se reportó que el hospital de Vail (que es dónde nos quedamos normalmente) nunca habÃa recibido tantos ilesos, habÃa literalmente lista de espera para poder ser atendido, tuvieras la lesión que tuvieras. A pesar de este detalle, siempre es un placer y una alegrÃa poder estar en contacto con la naturaleza.
Los paseos por el pueblo, (que si no lo conocen les recomiendo ampliamente visitarlo, es algo mágico, como de pelÃcula), las tardes en chimeneas acompañadas de chocolate caliente, las cenas en familia y las excelentes sobremesas no tienen precio. Algo tiene este lugar, que siempre, tan pronto lo dejamos, nos invita a regresar, y nos ha recibido durante muchos años con los brazos abiertos. Una de las cosas que me encanta de este lugar es que literalmente es pueblo de mexicanos. Por alguna razón, los mexicanos lo han colonizado con el paso de los años, y es el happening place de la época dicembrina (si lo que buscas es alejarte de México y tomar un respiro, no te recomiendo ir en estas fechas, porque mexicanos es lo que más vas a encontrar). A mi me encanta, siempre es bonito encontrar a tu gente fuera de tu paÃs, es más, siempre regreso queriendo más a mi México lindo. Restaurantes, bares y clubes nocturnos cobran vida el espÃritu de México, y es increÃble pensar que si no estuviéramos ahà estarÃan completamente muertos.
Dentro de mis recomendaciones para cenar, no puede faltar el restaurante “Matsuhisa” por el reconocido chef japonés Nobu Matsuhisa. Es un sushi fusión, con la mejor calidad de pescado y platillos que superarán cualquier expectativa. Sashimis trufados y la excelente variedad de piezas (niguiris) harán que no solo disfrutes cada centavo de la cuenta (si, es caro) pero que pases el mejor rato en un restaurante con un atmósfera agradable y familiar. Si ya estas ahÃ, date la oportunidad de acompañar tus platillos con un buen “sake”, no te arrepentirás. La Bottega, el Sweet Basil y disfrutar de una buena cena en el Bol acompañado de unas cuantas lineas de boliche también nunca pueden ir mal. Para algo un poco más rústico, pero efectivo, y además delicioso no puedes dejar de ir a “Le Swiss Chalet” un restaurante suizo, con los mejores fondués que probaras en tu vida y que ayudarán a amortiguar el frÃo. Definitivamente, si tienes ganas de ir a algún bar por la noche, con buen ambiente y música en vivo el famoso “Pepi’s” es el lugar. Casa de mexicanos por mucho generaciones, aquà es casi garantÃa que pasarás un rato de calidad con tus amigos y familia. Pista de patinaje, caminatas por la montaña, motos de nieve y el famoso “tubbing” son algunas de las actividades que puedes realizar a parte de por su puesto los skies o el snowboard. Incluso, en este pueblito mágico, hay un pequeño cine, digo, nunca está de más un lugarcito para refugiarnos cuando el frÃo es intolerable. En general, son unas vacaciones bastante agradables, totalmente para pasar tiempo de calidad en familia y para disfrutar de la naturaleza y cambiar un poco de aires.
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